En Grandes Vinos sabemos que todos los detalles relacionados con el proceso de creación y conservación del vino guardan un porqué. Desde el color oscuro de las botellas hasta los tapones de corcho, todos los elementos cumplen su función, contribuyendo a que el vino esté delicioso a la hora de tomarlo.
Todos los componentes que se inician con la vendimia y que acaban en una copa forman parte de un delicado equilibrio en el que agentes exógenos y endógenos se combinan para culminar en una de las bebidas de tradición mundial más antigua y extendida.
El corcho, ese elemento tan aparentemente insignificante, no solo sirve para evitar que el vino se salga de las botellas, sino que desempeña un papel mucho más relevante en la maduración y conservación del vino. A continuación, podrás descubrir algunos detalles que te ayudarán a comprender el rol que juega ese trozo de la corteza del alcornoque.
Proviene del alcornoque (Quercus Suber) y solamente crece en la cuenca mediterránea. El 80% de la producción mundial está fijada en Portugal y España.
Si sientes curiosidad por sus funciones, podrás leer sobre sus orígenes, así como sobre el papel que desempeña en el proceso de creación y conservación del vino y sus posibles sustitutivos.
¿Para qué sirve el corcho de las botellas de vino?
El corcho resulta fundamental para la conservación del vino en buen estado. No solo supone una barrera física a los agentes externos, sino que impide la entrada del oxígeno que podría dañar el vino.
En el siglo XVII se comenzó a tapar las botellas de champán con corcho y, posteriormente, esa tradición dio paso a las botellas de vino reserva y gran reserva. En la actualidad, se utiliza corcho en prácticamente todas las botellas aunque, como veremos más adelante, a día de hoy existen algunas opciones artificiales.
Ventajas de los tapones de corcho
El motivo por el que el corcho ha sido el principal protagonista para el cerrado de botellas desde hace más de tres siglos son sus excelentes propiedades que le permiten adaptarse a muchas condiciones.
Flexibilidad
El corcho tiene memoria elástica, puede expandirse y contraerse con los cambios de presión y temperatura sin deformarse ni perder sus propiedades aislantes. Gracias a esa flexibilidad se adapta a cualquier cuello de botella garantizando un buen cierre.
Naturaleza
El corcho favorece la microoxigenación del vino, posibilitando la evolución progresiva de los aromas, ayudándolo a madurar y a mantenerse. Esta microoxigenación proviene del propio corcho y el oxígeno contenido en sus millones de celdas. No deja entrar oxígeno, si no que va cediendo desde su interior de una forma continua y pausado creando una combinación con el vino maravillosa.
Además del tiempo que permanece en barrica, el vino siempre termina de madurar en la botella. En unas correctas condiciones de conservación, los vinos pueden durar muchos años, desarrollando sabores y aromas típicos de su evolución. Las propiedades del corcho ayudan a formar compuestos más complejos en el vino, posibilitando enlaces fenólicos similares a los acontecidos previamente en las barricas. Uno de estos enlaces descubiertos recientemente se denomina Corklinks.
Impermeabilidad
Al ser impermeable, protege al vino de agentes externos, tanto de O2 como cualquier otro compuesto, y así el vino puede reposar durante años con total tranquilidad.
Sostenibilidad
El corcho es 100% renovable y sostenible. Ayuda a crear diversidad allí donde crece, frena la desertificación y es cohesionador social, ayudando a fijar población en las zonas rurales.
Como dato curioso, un corcho natural tiene huella de carbono negativa, incluso el balance carbónico puede alcanzar los -309 g de CO₂.
¿Cómo saber si un corcho está en buen estado?
Para saber si un corcho está en buen estado y, en consecuencia, lo está el vino que preserva has de fijarte en el color y en la textura del corcho, en si ha tenido fugas y si tiene alguna marca de un mal embotellado o subida de vino.
A medida que transcurre el tiempo, los corchos envejecen, aunque esto no es indicativo de ningún inconveniente. A continuación, detallamos algunos problemas y cómo detectarlos. Toma nota.
Sequedad
Como hemos dicho anteriormente, si está demasiado seco antes de ser embotellado sus propiedades son distintas, por lo que puede no adaptarse bien al cuello de la botella y no hacer el cierre perfecto, lo que podría provocar excesiva oxidación.
Olor
Si, cuando al abrir la botella, el corcho no huele a vino, sino que tiene otros olores que resultan desagradables, seguramente la conservación del vino no se haya realizado correctamente.
Moho Y TCA
Pueden existir olores a moho o TCA, el gran problema anterior de la industria. y por el cual fue necesario una enorme inversión en I+D+i para su resolución. Este es un aroma provocado por hongos filamentosos que, al digerir una serie de partículas cloradas, dan lugar a este compuesto capaz de alterar un vino. Ya sabemos que, en condiciones de humedad excesiva, el corcho puede desarrollar moho en la sección opuesta a la que está en contacto con el vino.
Alternativas para sellar/cerrar las botellas de vino
En la actualidad, en mercados emergentes, sobre todo Australia y Nueza Zelanda se han buscado alternativas al corcho natural. He aquí algunos de los más frecuentes.
Cierre de rosca
Hicieron acto de presencia a finales de los años cincuenta en Francia. Suelen estar asociados a vinos de rotación rápida.
Algunos de nuestros Beso de Vino, que gozan de gran aceptación en el mercado estadounidense, utilizan este tipo de cierre para atender a esa creciente demanda.
Tapones de corcho sintético
Además de ser más barato, suele verse sobre todo en vinos jóvenes y frescos, dado que, por tradición vinícola, los vinos de categoría más elevada siguen apostando por el corcho tradicional.
CRISTAL. VINOLOK
Elemento premium, cierre hermético, generalmente para blancos rosados y licores, que atrae a consumidores por su elegancia. 100% renovable y sostenible.
Ahora que ya conoces la relevancia del corcho en el vino, puedes valorar todos sus pros y contras a la hora de comprar. Como ves, los tapones de corcho van más allá de un simple sistema de cierre y son un elemento decisivo para su sabor y calidad.