Cariñena, la historia
Cariñena, desde los romanos una tierra ligada al vino
s.III a.C.
Los habitantes de la ciudad romana de Carae, actual Cariñena, bebían vino mezclado con miel

1415
El Rey Fernando I de Aragón lleva vinos de Cariñena en un viaje a Niza

1585
El Rey Felipe II es recibido en Cariñena con dos fuentes de vino, tinto y blanco

1696
Se aprueba el Estatuto de la Vid en Cariñena. Uno de los objetivos principales: limitar las plantaciones según la calidad de la tierra

1773
El Conde de Aranda envía vinos de su bodega al pensador Voltaire que le responde: “Si este vino es de vuestra propiedad (...) la tierra prometida está cerca”

1786
Joseph Townsend se refiere al vino de la región en los siguientes términos: “El vino de Cariñena es de la mejor calidad, no dudo que sea muy buscado en Inglaterra”

1809
Alexandre de Laborde comenta que en Cariñena “se hace un vino exquisito, particularmente el de garnacha”

1862
El cuaderno de viajes de Charles Davillier recoge esta afirmación: “El vino blanco de Cariñena (...) merecería ser más conocido fuera de España, especialmente el que se obtiene de la uva llamada garnacha”

1887
Inauguración del ferrocarril de vía estrecha Cariñena-Zaragoza a consecuencia del desarrollo de la actividad vinícola, facilitando la exportación de vino a Francia principalmente

1891
Se celebra el primer congreso vitivinícola del país muy cerca de Cariñena, en Zaragoza, debido a la actitud pionera de la región

1909
El Rey Alfonso XIII otorga a Cariñena el título de Ciudad en reconocimiento a su legado histórico y su lucha contra la filoxera

1932
Cariñena recibe la distinción de Denominación de origen, junto con otras, la más antigua oficialmente reconocida en España
